martes, 29 de julio de 2008

EL VINO Y EL HOMBRE

Queridos amigos, es cierto que en la vida hay cosas que realmente nunca nos paramos a pensar o a ver la relación que hay entre ellas. Miradad hace unos días pude disfrutar de un lugar en España que deberíamos conocer más, o mejor que pasásemos alguna vez en nuestra vida por esta región.

Está plena de viñedos, sus pueblos son como pedacitos de esfuerzo del hombre, diseminados a lo largo del valle que forma el Río Oja. ¿Ya sabéis dónde os he situado, verdad.....?

Pude comprobar la riqueza de la tierra bajo un sol de verano y un cielo azul inmenso decorando el techo con unas nubes blancas diseminadas por el mismo; enclavado en medio la sierra de Cantabria y al pie de sus laderas, surjen: Laguardia, Elciego, Samaniego y un sin fín de pueblos que trabajan "el Noble Arte de volver la Uva en Vino".

El Medievo ha dejado anclado su edad para no irse jamás de allí, volver a nuestros orígenes de la Edad Media, nos lleva a precipitarnos en un mar de sensaciones que quisiéramos retomar como principio en nuestra manera de percibir el hoy.

Sus Iglesias, presas del tesón incombustible de la explosión del Gótico, y llevadas a cabo por los "albañiles " del Arte de Construir, parafraseando a Follett "Los Pilares de la Tierra".

Hoy, más, que nunca veo la semejanza de la labor de convertir la Uva en Vino, como al Hombre en Ser Humano Universal, hacedor de lo Sublime y también de las peores Bajezas. Pero al fin y al cabo, las conductas siempre guardarán relación con el cariño que tomemos en pos de nuestra obligación de conocer y de saber.

Quizás, yo encuentro esta relación por que tengo demasiada imaginación, vosotros me lo podréis decir si queréis. Pero encuentro una singular relación entre el Hombre y los tipos de Vino, vereis..................

Como sabréis, el Vino Joven se destila de Cepas que tienen que tener una antigüedad máxima de quince años. Así yo veo que el ser humano es durante esa etapa, dulce, lleno de diferentes sabores, claro y transparente y su sabor fuerte al gusto debemos tomarlo frió y con la cantidad de sed justa para poder saborearlo en su justa medida, no vaya a ser, que teniendo gran cantidad de sed, bebamos más de la cuenta y pasemos al estado de embriaguez.

El Reserva, debe elaborarse con Cepas de hasta treinta años. Con lo que puedo darme cuenta, que es, en esta Etapa cuando el Ser Humano, consigue la experiencia y el saber mínimo para producir un Caldo lleno de textura y color, con el aroma del buen reposo en la Barrica de Roble que le va a proporcionar, el cualitativo marco de actuación para obtener mayor y mejor conocimiento.

Por último, hablaré del Gran Reserva. Las Cepas que han de albergar esos caldos, deberán tener unas edades superiores a treinta años; con lo que puestos a establecer la comparación es en esa etapa de la vida del Hombre cuando va alcanzar, su mejor madurez y la experiencia de la vida en esta Tierra Nuestra, le va a llevar a dar a los demás su impronta de conocimiento y saber. No queriendo dejar a un lado en ambos, ni su textura, ni su color añejo universal y, muchos menos su delicado sabor repleto de suavidad que le ha ido dando el paso del tiempo y el paso de los años.

No puedo dejar sin valorar, ni la añada ni la singular excepción de un año siempre breve en la historia, pero majistral para que pueda aparecer un Singular Vino. Al igual, le puede suceder, a un Hombre y lo mismo, a una Generación.

Espero, que os haya resultado grato, este pequeño relato, quizás debéis de perdonar mi atrevimiento, pero es como yo lo siento.

Gracias, he de dar a toda la Comarca de la Rioja, así como a esas Bodegas que cuidan de las Uvas como de Incunables se tratara y son Las Bodegas Marqués de Riscal.

A todos ellos, muchas gracias por ser enclave de caminos, pero más allá de los orográficos. Son el punto donde podamos conocer la gran riqueza que poseemos como humanos.