lunes, 28 de enero de 2008

MUDANZAS

Me comentaban el otro día, un compañero de trabajo que detestaba las mudanzas, ya que agotan, no solamente a la hora de embalar todas las cosas y trasladarlas (ya que siempre se rompe algo o se queda por el camino), sino hacer lo contrario cuando se llega al destino y ordenar todo, en fin algo hecho para superhombres o mujeres, puesto que los seres normales terminan hasta las mismísimas............. de este que seguramente se dará en más de una ocasión a lo largo de la vida de las personas.

Pero, puesta a pensar me he dado cuenta que a lo largo de mi vida a demás de las mudanzas que he realizado de varios domicilios a otros; también lo he hecho con mi vida, con mi yo interior a lo largo de los años.

Desde el mismo momento en que somos conscientes y al terminar etapas vamos mudándonos de un estado interior a otro y eso se ve reflejado en nuestra vida exterior, en el día a día.

Siempre son trascendentales y para bien o para mal, las realizamos dejando mucho del mobiliario aparcado en la recogida de estos útiles por parte del municipio o,. ................Es decir, muchas de nuestras actitudes, amistades, hechos que se van quedando obsoletos, necesidades diferentes, etapas que se queman por que la vida de estas ha llegado y dado todo lo que había que dar.

No solo mudamos la piel, la esperanza en las necesidades vitales se transforman con el tiempo, aparecen y desaparecen seres de nuestra vida cuando vemos que las relaciones no dan más de si, por cualquier circunstancia, no vamos ha echarle culpas a los demás; quizás en un momento nuestra voluntad decide cambiar de derroteros ante situaciones que nos agobian, tratan de ponernos en disyuntivas de "o esto o lo otro", ante la condescendencia del que se creen en el derecho de arrogarse el poder aconsejarte que algo o alguien va a ser perjudicial para ti.

Estamos creados para transformar nuestras vidas en una vida mejor, que se ajuste en todo momento a las necesidades que deseamos suplir ante las carencias que sentimos y en la mejora de nuestro bienestar interno.

Las haremos tantas veces como creamos que tenemos que mutar hacia un estado mejor, es nuestro deber de ir por caminos mejores, más ricos y fértiles; y compartirlos con las gentes que quieran hacerlo con nosotr@s.

Demos hacerlo liger@s de equipaje, el corazón alegre y lleno de esperanza en nosotr@s y en el camino que vamos a recorrer y en el lugar donde permanezcamos tratemos de conocer, y aprender todo lo que nos ofrezca y demos al lugar y a la gente que nos encontremos, todo lo mejor que tengamos de nosostr@s y el conocimiento, experiencia que traigamos con nosotr@s.

No es malo mudarse, es malo creer que no debemos mudarnos. Sería bastante arrogante por parte de cada uno que hemos llegado al final de la morada si no la estamos construyéndola día a día.

La vida es una mudanza continua en nuestro yo interior, mejorándolo y dotándolo de todo lo necesario para que llegue a ser la casa definitiva que albergue el espíritu más noble y cultivado que podamos darnos y dar.